Ya que me refiero a esas corporaciones que son exponentes de la cultura nacional, no puedo prescindir de citar una no menos importante: la Biblioteca Nacional que fue instituida a instancias mías por el Presidente de la República don Ricardo Adolfo de la Guardia, según testifica una carta para mí de este Mandatario, de fecha Julio 23 de 1952, en uno de cuyos párrafos se expresa así: "Al igual que otras instituciones públicas que como gobernante tuve la suerte de fundar, tales como el Banco de Urbanización y Rehabilitación, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, el Colegio Abel Bravo, el Instituto del Niño, a la Biblioteca Nacional la considero como un galardón preciado de mi administración, y éste lo tengo que cornpartir contigo, pues, como tú bien dices , fuiste quien me sugirió crear esa instituci6n difundidora del saber y de la cultura, y tú, mi buen amigo, también supiste ser a cabalidad su primer Director".

Además de esas corporaciones en cuya nomenclatura figuro como miembro, las de otros dieciséis países, inclusive España, me han honrado con el titulo de CORRESPONDIENTE o de MIEMBRO HONORARIO de sus Academias y Sociedades de intelectuales, como lo comprueban los diplomas respectivos que adornan mi despacho.

Algunos Gobiemos, tal vez por intervención de amigos, me han honrado concediéndome condecoraciones oficiales. El primero en hacerlo fue en 1937 el de Panamá, que me otorgó la Gran Cruz de la Orden de Vasco Nuñez de Balboa, de cuya primera Junta de Admisión fui miembro en representación de la Sociedad Bolivariana, de la que era su Presidente en aquella fecha.

En 1939 el gobiemo del Ecuador me honró con la Orden del Mérito en la categoría de Comendador.

En 1954 el Gobiemo español me concedió la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica.

En 1955 el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, España, me honró con el título de Miembro Titular, dándome la placa respectiva de esa categoría.

En 1957 fui honrado nuevamente por el gobiemo de Panamá con la Orden de Manuel Amador Guerrero en el rango de Gran Cruz.

En 1964 el Sumo Pontífice Su Santidad Paulo VI me concedió el grado de Caballero de la Pontificia Orden de San Silvestre.

En 1966 el gobiemo de Venezuela me otorgó la Orden del Libertador en el rango de Gran Oficial.

En 1968 el Ministerio de Educación de Panamá me dio la venera de la Orden de Manuel José Hurtado, reservada para los educadores distinguidos.

El último de los títulos que se me ha otorgado, de PROCER DEL BOLIVARIANISMO EN AMERICA, fue decretado por el VI Congreso Internacional de Sociedades Bolivarianas reunido en Mayo de 1978 en la ciudad de Buenos Aires, República Argentina, con la Asistencia en la sesión de distinguidas personalidades oficiales, como el Ministro del Interior, General Albano Harguindeguy, el Ministro de Estado de la República de Venezuela, Dr. José Luis Salcedo-Bastardo, el Jefe de la Policía Federal, General Eduardo René Ojeda, el Almirante José María Guzmán, el General Ubaldo Comini, Presidente del Congreso Bolivariano, el General Joaquín Aguilar Pinedo, Presidente del Instituto Sanmartiniano, etc.

El pergamino correspondiente que contiene tan honrosa denominación me fue entregado en sesión solemne del VII Congreso Internacional de Sociedades Bolivarianas reunido en Santa Marta, Colombia, el 17 de Diciembre de 1980. Este mismo Congreso me nombró BOLIVARIANO EMERITO.

A estas alturas, tomando como punto de partida el año de 1903, en que un mozalbete pobre huérfano de padre y, con una madre anciana, se despidió de su hogar para dedicarse al estudio, a la presente fecha, 1981 han transcurrido, setenta y ocho largos años. Desde esta ciudad que fue mi residencia habitual, muchas cosas vi pasar a mi vera, que transformaron no sólo mi vida y mi porvenir, sino la existencia nacional al convertirse el antiguo Departamento en República Soberana.

Así, ese párvulo logró, mediante el estudio, metamorfosearse en una personalidad. El hecho de que, como resultado de ello ha merecido que su retrato figure en la Sala de Honor de instituciones de las más prestigiosas del país y que é1 presidió: la Academia Panameña de la Historia, la Biblioteca Nacional, el Instituto Panameño de Cultura Hispánica y la Sociedad Bolivariana de Panamá, comprueba este decir.

Mi nombre, además, figura en muchos libros de biografías de personajes notables del mundo, publicado en varios países de América y Europa.

Esto es lo que ha acontecido en mi vida, de cuyos sucesos me siento, con razón, orgulloso, reconociendo que soy hijo del propio esfuerzo y nada más.

Como el final de mi existencia se está acercando, pues son 92 años transcurridos, y hay un público en Panamá y en el exterior que quiere y debe conocer la trayectoria de mi vida en justificación de mi personalidad y la razón de mi existencia, he dispuesto dejar trazadas estas noticias personales que constituyen mi historial como hombre público y como intelectual al servicio de la sociedad.

Nota: El Profesor Ernesto de Jesús Castillero Reyes, falleció en la ciudad de Panamá el 23 de Septiembre de 1981.

Tomado de la Obra:

Formación de un historiador (descargar aquí) 
Editora Renovación, 1981.