aaa 

La Biblioteca Nacional asume el reto de reeditar obras emblemáticas de la bibliografía panameña. Los caballos estornudas en la lluvia, Pueblos Perdidos y Los clandestinos son los tres primeros títulos que lanza al mercado. Estos estarán disponibles en la XII Feria Internacional del Libro de Panamá.


No fueron textos escogidos al azar. Durante el lanzamiento del sello editorial Biblioteca Nacional, realizado el martes 19 de julio, se dejó claro el valor literario de los relatos y el aporte que hacen al fortalecimiento de la identidad nacional.


Los caballos estornudan en la lluvia es el título de una obra que reúne nueve cuentos del autor Dimas Lidio Pitty. A través de los diversos personajes y de cada escena, se describe a la estupidez, la ignorancia, la locura, el crimen y el egoísmo. Estas características tan humanas son representadas en narraciones estructuradas en la cotidianidad de los pueblos.


De acuerdo con el literato Rafael Ruiloba Caparroso, miembro del Consejo Editorial responsable del sello, son relatos que desafían la interpretación del lector exponiéndole paradojas, que van desde las preocupaciones simples de la sobrevivencia hasta la ignorancia inocente o la solidaridad piadosa. Para esto se utilizan figuras fáciles de ubicar en el imaginario folclórico panameño.


Justo esa es una de las razones por las cuales fue escogida esta hechura para estrenar este importante logro: la creación del sello editorial Biblioteca Nacional.


En esa línea se mantiene el objetivo de la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R., de ser el centro bibliográfico patrimonial, en tanto salvaguarde, custodie y promueva el acervo cultural del país.


Las obras seleccionadas para la revisión y edición deben guardan ese valor en la cultura panameña, de forma que merezcan ser difundidas, dada su importancia académica, educativa y literaria; y que por alguna razón han quedado fuera del alcance del público lector.


En el caso de Los caballos estornudan en la lluvia, Dimas Lidio Pitty hace uso de las características de su natal Chiriquí (Dolega, Cochea, caldera Gariché y David) para llevarnos en esa aventura educativa y analítica.


“Personajes descritos desde la psicología de distintas voces narrativas se unen a la personificación del invierno lluvioso, para mostrar vida contra todo pronóstico, muerte por senda trazada o por violencia, el desamparo ante las inclemencias de un tiempo que se burla de los muertos… Se trata de una denuncia social contra el abuso de poder, la frustración ante la deshumanización del sistema laboral o la parodia de personajes que pululan en los puestos institucionales”, describe Emma Gómez, otra de las literatas que componen el Consejo Editorial.


Todas esas emociones y contrariedades son llevadas con real maestría por el autor, cuya desaparición física se dio el año 2015.


Los otros títulos que se reúnen en esta obra son Hijos de la luna, Los sueños del viejo Ben, La fama, Un pedazo de universo, La persecución, El invierno, Carta del ministerio y El jefe.


Pueblos perdidos es la otra insigne obra publicará el sello Biblioteca Nacional. De acuerdo con la apreciación del propio autor, Gil Blas Tejeira, se trata de un relato novelizado de la hazaña del Canal. Éste empieza con la llegada de los franceses al Istmo y termina con la entrada del Ancón por las esclusas de Gatún (el 15 de agosto de 1914). La segunda parte tiene por escenario casi exclusivo el río Chagres, con los pueblos y fincas que crecieron al amparo de su corriente. Se destaca a las poblaciones desaparecidas para hacer posible esta vía, “los humildes labriegos que fueron desalojados de sus querencias, son los héroes de mi obra”, resaltó Tejeira acerca de su trabajo el 6 de septiembre de 1962.


En el caso de Los clandestinos, de César Candanedo, el autor se adentra en la selva darienita y plantea qué buscan los humanos en esos parajes. Cómo conviven indígenas, colombianos y los demás grupos. Unos buscan un sueño, llegar al Canal, palpar el dólar. También describe el rol de la mujer indígena, vista como objeto de placer desde muy pequeña.


Este es solo el inicio de un gran paso.


El Consejo Editorial, responsable de la calidad del trabajo que se realiza está compuesto por Rosa María Britton, Rafael Ruiloba, Marisa de Talavera, Margarita Vásquez, Jorge Eduardo Ritter, Gerardo Maloney, Emma Gómez, Consuelo Tomás, Celestino Andrés Araúz y por parte de la Biblioteca Nacional están Guadalupe de Rivera y Briseida Bloise.